
Ir a clases y ver que no haces nada durante dos horas, y que por eso te pongan nota (trabajos de mierda que no requieren concentración alguna y que ya llevo un 58 y un 62) da hambre. Ir al casino del lugar? No, que paja hasta que reabran la escalera que da a la pecera (aquel lugar llamado 'estar alumnos' pero que hemos bautizado así porque parece pecera al estar compuesta de ventanas) ademas es muy caro, y aun no sirve la tarjeta de a JUNAEB, así que nah, solo cuando muero de hambre y tengo dinero.
Pero hoy encontré algo que llamó mi atención, y en nombre la ciencia falté a mi promesa de no comer hamburguesas de soya. $500 por una, contenía lechuga, tomate y una hamburguesa de soya. Para ser sincera, esas cosas no tienen gusto a nada, no existe sabor alguno, salvo aquellos lugares donde estaba mas quemado. Primer mordisco y mi pregunta fue 'y la soya?'. Segundo y la misma pregunta, así hasta que de la nada sentí un sabor casi idéntico al que encuentro cuando le pongo salsa de soya al arroz. Y esa sensación duró tres segundos, después de eso solo sentí el sabor de la lechuga y del tomate.
Después de esta experiencia seguiré con lo que hablamos una ves con un amigo 'No comeré hamburguesas de soya hasta que se pueda hacer una a lo pobre y tenga sabor a carne'